domingo, 14 de octubre de 2007

Sophie Germain

Marie-Sophie Germain (1 de abril de 1776 – 27 de junio de 1831), se crió en unos años donde las revueltas políticas y los cambios sociales en Francia crearán en ella la certeza de que la ciencia y en especial las matemáticas iban a ser sus vias de escape hacia una cierta estabilidad.
Sophie fue practicamente una matemática autodidacta que ha pasado a la historia porque hizo importantes contribuciones a la teoría de números (participó en la demostración del último teorema de Fermat, y tiene en su honor un tipo de números primos) y la teoría de la elasticidad.

La historia de Sophie es la de una matemática brillante que no pudo lograr su pleno desarrollo porque en sus años de formación no pudo acceder a una educación matemática formal (sus padres no querían que se dedicara a las matemáticas, y en general estaba mal visto e incluso no estaba permitido). También en su madurez también se vio obligada en determinadas ocasiones a trabajar en solitario, o incluso se tuvo que hacer pasar por un hombre para ser escuchada, porque una jerarquía científica totalmente masculina, la excluía de toda posibilidad de entrar en un mundo sólo de hombres.
Muy interesante es la historia con el famoso matemático Carl Fiedrich Gauss.
Gauss estaba totalmente sorprendido por los artículos enviados en sucesivas cartas por un tal señor "Le Blanc", (el pseudónimo usado por Sophie) así que le pide una entrevista personal. Así Sophie se ve obligada a desvelar su identidad en una carta a Gauss. Y éste, uno de los mejores matemáticos de la historia y, le responde con estas admirables palabras: "Pero cómo describirte mi admiración y asombro al ver que mi estimado corresponsal Sr. Le Blanc se metamorfosea en este personaje ilustre que me ofrece un ejemplo tan brillante de lo que sería difícil de creer. La afinidad por las ciencias abstractas en general y sobre todo por los misterios de los números es demasiado rara: lo que no me asombra ya que los encantos de esta ciencia sublime sólo se revelan a aquellos que tienen el valor de profundizar en ella. Pero cuando una persona del sexo que, según nuestras costumbres y prejuicios, debe encontrar muchísimas más dificultades que los hombres para familiarizarse con estos espinosos estudios, y sin embargo tiene éxito al sortear los obstáculos y penetrar en las zonas más oscuras de ellos, entonces sin duda esa persona debe tener el valor más noble, el talento más extraordinario y un genio superior. De verdad que nada podría probarme de forma tan meridiana y tan poco equívoca que los atractivos de esta ciencia que ha enriquecido mi vida con tantas alegrías no son quimeras que las predilección con la que tú has hecho honor a ella."

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